Sensor Festival 2025: una despedida histórica de El Campincito marcada por la lluvia, la nostalgia y varios tropiezos logísticos
El Sensor Festival 2025, uno de los encuentros más esperados para los amantes del techno en Bogotá, se realizó el pasado 15 de noviembre en El Campincito, al nororiente del Estadio El Campín. El evento, organizado por Sensor Events y administrado por Sencia, reunió a mayores de 18 años que adquirieron sus entradas a través de TuBoleta. La jornada dio inicio a la 1:00 p.m. y prometía convertirse en un hito cultural por dos razones: su sólido cartel artístico y la despedida definitiva de El Campincito, que será demolido para dar paso al nuevo estadio de la ciudad.
Esta edición contó con 30 artistas nacionales e internacionales, distribuidos en tres escenarios. Nombres como Fatima Hajji, 999999999, Angerfist, Trym, ØTTA, Fenrick, Mad Dog y más, encabezaron la programación. La DJ bogotana Felinah, reconocida por presentaciones en Baum Festival y Estéreo Picnic, también hizo parte del cartel, destacando la importancia del crecimiento del techno local.
En su momento, los organizadores aseguraron que esta edición del festival se posicionaría como una de las más potentes del género en el país, apostando por experiencias inmersivas, propuestas visuales y entornos sonoros diseñados para estimular los sentidos desde el atardecer hasta la madrugada. Además, el festival ofrecía zonas de descanso, experiencias gastronómicas y una producción técnica pensada para celebrar la cultura electrónica en un espacio que hacía historia por última vez.
La boletería se manejó por etapas, con entradas generales alrededor de los 185.000 pesos y VIP cerca de 291.000 pesos. Como suele ocurrir con este tipo de eventos, la demanda fue alta, impulsada tanto por el cartel como por el componente emocional de despedir un escenario que ha albergado diversos encuentros culturales.
Con la futura demolición de El Campincito, surge una pregunta inevitable: ¿qué pasará con los eventos de música electrónica en Bogotá? La transformación urbana que traerá el nuevo estadio altera de forma significativa el mapa de escenarios disponibles. La escena electrónica local deberá encontrar nuevos espacios que cumplan con las condiciones técnicas, acústicas y logísticas necesarias para festivales de gran formato, un reto que tendrá impacto en los próximos años.
Mi experiencia personal en Sensor Festival 2025
Aunque asistí con toda la emoción de volver a vivir el festival, mi experiencia terminó siendo muy distinta a lo esperado. Y es importante contarlo porque, aunque el cartel fue increíble y los DJs hicieron un trabajo impecable, la organización dejó mucho que desear.
Esto fue lo que viví:
La apertura fue un desorden: abrieron tarde las puertas, generando aglomeraciones y confusión.
El terreno era un lodazal: no había piso adecuado, y por la lluvia constante se volvió casi imposible caminar sin resbalarse o ensuciarse por completo.
El sonido estaba sorprendentemente bajo para un festival de techno, y en algunos puntos del venue apenas se sentía la potencia.
La zona de baños VIP estaba demasiado oscura, lo que hacía incómodo y poco seguro entrar.
El personal de logística (911) estuvo molestando y llamando la atención a los asistentes por cosas mínimas, generando mal ambiente.
La distribución entre VIP y general fue injusta: las personas con boleta general fueron enviadas muy atrás, sin posibilidad real de disfrutar bien los escenarios.
La fiesta terminó una hora antes: aunque estaba programada hasta las 3:00 a.m., cortaron el sonido a las 2:00 a.m. por quejas de los vecinos.
Y claro, llovió toda la noche. Pero ese es un factor inevitable; lo que sí se pudo evitar era repetir los mismos errores del año pasado, como no poner carpas o considerar un lugar cerrado.
Al final, fueron los DJs quienes salvaron la experiencia, entregando energía, profesionalismo y presencia en medio de todas las fallas logísticas. Pero el evento, como tal, dejó una sensación amarga, especialmente siendo una edición tan simbólica por la despedida de El Campincito.
Esperemos que para futuros festivales se elijan espacios mejores preparados o se tengan en cuenta condiciones climáticas que ya han demostrado afectar este tipo de encuentros.